MENDOZA / Efecto invernadero y calentamiento global / Escribe: Alberto Lucero






El efecto invernadero y su consecuencia más visible, el calentamiento global, producen impactos negativos en el clima de todo el planeta y a Mendoza, como parte del mismo planeta, esos impactos también le llegan. Los expertos aseguran que para fines de este siglo, habrá disminución de las precipitaciones de origen Océano Pacífico y aumento de las lluvias de origen Océano Atlántico.

Las precipitaciones del Pacífico producen las grandes nevadas en la alta cordillera, por lo tanto, habrá menos nieve y disminuirá la cantidad de agua proveniente de la montaña debido a este calentamiento global. Pero aún si hubiera años muy buenos de nevadas, la Cordillera de Los Andes no podrá generar reservas de hielo para abastecer a los ríos en los años malos, porque el aumento de la temperatura a nivel global previsto a largo plazo, perjudicará el proceso de formación de los glaciares en alta montaña y de esta forma, todos los ríos disminuirán su caudal.

Y cuál será el impacto que el calentamiento global producirá sobre las fuentes de agua subterránea? Los expertos opinan que al reducirse el caudal de los ríos, en zonas áridas y semiáridas como la provincia de Mendoza es lógico que disminuya la capacidad de recarga de las aguas subterráneas.

El caso más crítico es el de la cuenca Norte, formada por los ríos Mendoza y Tunuyán. Según registros del Instituto Nacional del Agua (INA), de las 160.000 hectáreas bajo riego de la zona, el 70% utiliza conjuntamente el agua de los ríos y el agua subterránea y muchos, fuente subterránea exclusiva. Además, de los 11.000 pozos activos que hay en toda la provincia, el 75% están en esta Cuenca. Otro dato relevante, es que el agua subterránea es la única fuente de agua potable al Este del río Mendoza, más allá de Palmira y la principal fuente de uso industrial.

No podemos cerrar los ojos a ésta realidad. Nos guste o no, en los próximos años Mendoza padecerá serios problemas por falta de agua. De allí la importancia que le asignamos al dictamen que está en manos de la Suprema Corte de Mendoza sobre la Ley 7722. Recordemos que esta Ley fue dictada en el año 2007, como única forma de impedir el desembarco de las grandes empresas mineras extrajeras, que ya habían empezado a explorar en busca de oro en nuestra cordillera, al amparo de las permisivas leyes dictadas en los 90 por el Congreso Nacional, como la Nº 24196, y que eran de aplicación obligatoria en todo el País. Luego de aplicarlas en Catamarca y San Juan, las Empresas venían con todo su poder a Mendoza, cuando se encontraron que la mayoría de la ciudadanía presionaba para que no desembarcaran y nuestra Legislatura, en una excelente estrategia, al no poder oponerse a las Leyes Nacionales, dictó la Ley 7722 que no prohíbe la minería, sino que prohíbe el uso de Cianuro y otros contaminantes en la Minería Metalífera, cerrando así el paso a estos colosos financieros, que ya estaban afinando el lápiz para calcular los millones de dólares que obtendrían.


Por supuesto, apenas dictada la Ley, un Estudio Jurídico muy conocido que lleva los negocios de las Empresas Mineras Extranjeras en Mendoza, presentó varios proyectos para declararla inconstitucional y esperando esa resolución estamos. Confiamos en nuestra Justicia y confiamos que coincidan con la ciudadanía de Mendoza en la defensa del agua, que es un bien que todos necesitamos.

Y como siempre sugiero, para comprender mejor este punto de vista es bueno entrar a cualquier buscador, como el Google y escribir: LEY 7722, aparecen tres millones y medio de textos para conocer y opinar sobre nuestro futuro.

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