MENDOZA / Megaminería a cielo abierto / Escribe: Alberto Lucero






Como si se tratara de un plan perfectamente orquestado, los interesados en el negocio de la Megaminería a cielo abierto, es decir, ese tipo de minería que se utiliza para extraer el Oro y la Plata de nuestras montañas y así, en bruto, llevarlos a los países centrales para tenerlos a buen resguardo en sus Bancos, esos interesados, decía, están actuando desde hace algunos días al unísono, haciendo reuniones, dando charlas y brindando conferencias, generalmente flanqueados por políticos de ocasión y escuchados y difundidos por medios informativos que tienen mucha llegada a la Sociedad , para intentar convencer a los Mendocinos, que somos pobres porque así lo queremos y que solo bastaría que dijéramos SÍ a sus cantos de sirena, para que, como por hechizo desaparecieran todos los problemas de desempleo; de la falta de agua por retroceso de los glaciares; de los bajos precios internacionales del vino; de la competencia atroz para exportar nuestros ajos y nuestro aceite de oliva y también desaparecerían los problemas derivados del dólar bajo y de los altos costos internos.


Todo esto, que es lo que realmente ha frenado el crecimiento que veníamos disfrutando durante varios años, sería barrido por los vientos de la enriquecedora megaminería y podríamos disfrutar de los “elevados Standards de vida” que hoy tienen los habitantes de Andalgalá o de Jáchal, si permitiéramos que ellos, los dueños del negocio, entraran como pancho por su casa para llevarse el Oro y la Plata , mas el Cobre y todos los minerales asociados que piensan llevarse gratis, como está pasando desde hace 20 años en Bajo la Alumbrera , Catamarca, en dónde declaran en Suiza la cantidad de Oro que llevaba el barro que se exportó y por eso nos liquidan el 1,8 %, mientras ocultan que en el mismo barro, van también valiosísimos minerales como Aluminio; Antimonio; Titanio; Wolframio; Uranio: Vanadio, Cobalto y varias tierras raras, tan o más valiosos que el Oro que declaran, hecho que fue descubierto y denunciado en la primera rotura del mineraloducto que lleva el barro, con un estudio que se hizo en Canadá.


Pareciera que estos señores, que no son como se podría pensar, lejanos y maquiavélicos personajes como Paul Singer, que nos tratan como a los pueblos originarios en 1492, sino que son mendocinos, que caminan por nuestras calles, que fueron educados en nuestras facultades, pagadas con nuestros impuestos y que hoy, alegremente y sin sonrojarse, representan a lo más concentrado del capital minero internacional y esperan de sus mandantes, generosas recompensas por poner la cara para engañarnos a nosotros, sus coterráneos.

En estos días han publicado un artículo en uno de los diarios locales, detallando 20 proyectos que si prosperaran, en poco tiempo estaríamos a la altura de los países más desarrollados.

Allí hablan de una riqueza contenida de 350 mil millones de dólares, pero no dicen que esa riqueza pasará en un 98 % a las arcas de las empresas extranjeras que la saquen de la montaña; allí comparan la extracción del Oro con la del petróleo, pero no dicen que estamos discutiendo que del petróleo extraído, nos quede el 18% en la provincia y que además, ese petróleo lo estamos procesando y utilizando para nuestro consumo interno; hablan de mano de obra ocupada y callan lo que pasó con el personal de VALE en Malargue, que es lo que ocurre sistemáticamente cada vez que se cierra un yacimiento y la empresa les dice HASTA LUEGO a sus operarios y, para completar su tarea, engañan a la opinión pública diciendo que la Ley 7722 les impide trabajar, cuando la verdad es que gracias a la Ley 7722, los mendocinos hemos podido mantener a salvo del Cianuro, a nuestras escasas fuentes de agua en la cordillera.


Pero, cómo siempre decimos, no se conformen con nuestras opiniones; hay un detallado estudio elaborado por Federico Soria, un conocedor de la montaña y de sus secretos, en el cuál describe pormenorizadamente todos los yacimientos que se ventilan hoy en los diarios y brinda información técnica y económica muy valiosa.

En el Google escriban: YO TAMPOCO ME CALLO FEDERICO SORIA.

Luego de leer detenidamente ese texto, que recomiendo enfáticamente, entenderán porqué decimos lo que decimos.

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