INTERNACIONAL / España se renueva en grandes ciudades / Escribe: Flor Ragucci






Desde Barcelona

Nuevas caras, nuevas ideas y nuevas formas tomaron posesión en las principales ciudades españolas. Este sábado se celebraron los actos de investidura de 8122 alcaldes y, tras dos semanas de intensas negociaciones entre partidos, se concretó el cambio que gritaron las urnas el pasado 24 de mayo. Por primera vez en la historia democrática de España, el Partido Popular (PP) se quedó sin el mando de importantes ciudades como Madrid y Valencia y, por primera vez también, son candidaturas ciudadanas las que entraron por la puerta grande de los principales consistorios del país.

Madrid, Barcelona, Valencia, Zaragoza, La Coruña y Cádiz estarán a partir de hoy en manos de nuevas plataformas que aglutinan partidos de izquierda –Podemos entre ellos– y movimientos sociales. El PP sólo pudo mantener el poder en 18 de las 34 capitales de provincia que tenía, conservando algunos de sus tradicionales feudos –Málaga, Burgos, Santander y Logroño–, pero perdiendo enclaves tan representativos como Madrid, Valencia, Valladolid y Sevilla. El Partido Socialista (PSOE) pasó de 8 municipios a un total de 17, gracias a los pactos con otras formaciones en ciudades como Sevilla y Las Palmas y, sólo en Soria, gobernará con mayoría absoluta.



Día de fiesta para algunos y de luto para otros. En los municipios que durante más de veinte años controló el PP, un acto que hasta ahora había pasado sin pena ni gloria –la investidura de los nuevos alcaldes– se transformó en una gala que nadie se quiso perder. Con cobertura especial de los medios en todas las ciudades y miles de personas siguiendo las juras en pantallas gigantes a las puertas de los ayuntamientos, el solemne protocolo cobró un cariz espectacular. Y es que nadie duda de que se trata de un momento histórico para la política española, ni los que llegan ni los que se van. “La esperanza y la ilusión entran hoy en los ayuntamientos”, declaró Pablo Iglesias durante la asunción de Manuela Carmena, la nueva intendenta de Madrid. “Vamos a tener una nueva alcaldesa que nos va a hacer recuperar la dignidad”, aseguró este sábado el secretario general de Podemos a su llegada al Consistorio, donde también afirmó que dirigentes como Ana Botella, Rita Barberá y Esperanza Aguirre “forman parte del pasado”.

La líder de la coalición de izquierdas Ahora Madrid, Manuela Carmena, arrancó su primer discurso como regidora de la capital agradeciendo a la ciudadanía: “Me llena de ilusión y esperanza. Somos servidores de los ciudadanos de Madrid, no podemos olvidar que estamos a su servicio”, pronunció. “Queremos gobernar escuchando, que nos llamen por el nombre de pila, que nos tuteen y siempre en la línea que ellos nos digan”, remarcó la nueva intendenta.

La ex jueza logró desbancar al Partido Popular del trono que ocupa desde hace veinticuatro años, gracias al pacto con los socialistas. Los nueve concejales del PSOE apoyaron este sábado a los 20 de Ahora Madrid para superar a los 21 conseguidos por Esperanza Aguirre –la hasta hoy alcaldesa por el PP– pese a los intentos desesperados de ésta de ofrecerle la intendencia al candidato del PSOE, Antonio Miguel Carmona, con tal de evitar que Carmena asumiera su relevo.

En Barcelona, Ada Colau fue la anfitriona de la fiesta preparada en la plaza Sant Jaume, sede del Ayuntamiento y el Palacio de la Generalitat catalana, para darle la bienvenida como alcaldesa. A las cinco de la tarde la número uno de la candidatura de unidad popular Barcelona en Comú (BC) tomó posesión de su nuevo cargo con los apoyos de los demás partidos de izquierda (Esquerra Republicana, los socialistas y la CUP), alcanzando así la mayoría absoluta. Después de dos semanas de discusiones con republicanos y socialistas –principalmente en torno de la cuestión soberanista– Colau consiguió sumar 21 apoyos entre los 41 miembros que componen el pleno.

No sólo los parlamentarios estaban presentes en el emblemático salón Consell de Cent del Ayuntamiento, cientos de entidades sociales y vecinales de la ciudad también asistieron a la ceremonia, invitados –en un gesto inédito– por la candidatura de Colau. “Para nosotros era muy importante que estuviesen aquí tanto nuestras autoridades políticas como las autoridades sociales. Porque aquellos que defienden el bien común en el día a día son realmente los imprescindibles”, declaró la nueva alcaldesa durante su discurso de investidura.

Al igual que Manuela Carmena, Colau puso énfasis en la necesidad de un trabajo colectivo y en su voluntad de cumplir lo que ya es todo un lema para la “nueva política” en España: “mandar obedeciendo”. “Estamos aquí para que nunca más haya ciudadanos de primera y de segunda”, recalcó la flamante intendenta y terminó recordándoles muy seriamente a los barceloneses: “Echadnos si no hacemos lo que hemos prometido”.

Otra de las tomas de posesión muy esperadas fue la de Joan Ribó, de la coalición de izquierdas Compromís que –con apoyo de socialistas y la candidatura popular València en Comú– asumió en Valencia. Descorchando botellas de champán la gente siguió el acto desde la Plaza del Ayuntamiento, celebrando el final de una era de despilfarro y corrupción. Su elección pone fin a 24 años en el poder de Rita Barberá, del PP, que el día anterior renunció a su acta de concejal para evitar ver cómo era investido su principal rival en la anterior Legislatura.

Ribó fue un ejemplo más durante la jornada del sábado de un cambio que, al menos en las formas, es rotundo. Al igual que algunos de sus homólogos en el resto del país, el nuevo alcalde valenciano rehusó lucir la vara de mando que, tradicionalmente, el gobernador saliente le entrega al recién llegado y prefirió salir a hablar con sus seguidores. “No quiero ni la vara ni el mando. Prefiero el diálogo con los vecinos, trabajar codo a codo con los movimientos vecinales, respetando todas las maneras de pensar”, manifestó en su primer discurso como intendente.

Andalucía también sacó a la calle todo su “salero” y con cantes y bailes flamencos recibió al nuevo alcalde de Cádiz, José María González, candidato de Por Cádiz sí se Puede, marca de Podemos en la capital gaditana. En uno de los bastiones que el Partido Popular tenía en el sur, la llegada al poder de la nueva formación ciudadana supone también un impacto muy grande. González dejó claro que, para su gobierno, “lo primero serán las personas” y prometió un Ayuntamiento “con paredes y cajones de cristal”, metáfora muy recurrida durante la jornada de investiduras.



El PP perdió también la alcaldía de Sevilla pero, esta vez, en manos de los socialistas, que recuperan una ciudad tradicionalmente gobernada por ellos; y, ya en centro del país, el PSOE le arrebató otro de sus feudos al partido de Rajoy, la ciudad de Valladolid, gracias a los votos de las plataformas ciudadanas Valladolid toma la palabra y Valladolid sí se puede. Palma de Mallorca fue asimismo escenario del cambio, no sólo porque los populares abandonaron el consistorio después de veinte años, sino porque –en un hecho insólito– de las negociaciones de estas semanas resultó un gobierno alternado entre los socialistas y la coalición de izquierdas MES, donde cada uno estará al mando por dos años.

En el norte de la península las llamadas “mareas atlánticas” barrieron con la mayoría absoluta del PP, que sólo logró conservar el poder en Ourense. El PSOE gobernará en Vigo y en Lugo, y en La Coruña, Santiago y Ferrol los nuevos alcaldes provienen de las candidaturas ciudadanas de las mareas, herederas del movimiento indignado. El flamante regidor de La Coruña, Xulio Ferreiro, también se sumó a la reivindicación de una nueva democracia en contenido y en forma y salió a la plaza para entregarle a la gente el bastón de mando, símbolo de la intención de cambio que acaba de instalarse en las principales ciudades de España.

(Página 12, domingo 14 de junio de 2015)

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